Historia de la Quiropráctica

Febrero 1, 2025

Nace un Nuevo Paradigma

Si bien la Quiropráctica como tal nació en 1895 de la mano del estadounidense David Palmer a través de un concepto estructuralista, filosófico y vitalista, y que debido a esto mismo fue desde su inicio categorizada como Pseudociencia por fundamentar todo su modelo a través del concepto propio de “subluxación vertebral” (bloqueo espinal del flujo de energía), también fue innegable que su realización si se podía asociar con algunos efectos positivos en los síntomas de los pacientes.

El problema es que este concepto no era capaz de sostener científicamente alguna explicación y por lo tanto menos atribuirle algún efecto, chocando obviamente con el nuevo y actual modelo de medicina basada en la evidencia.

Evolución y Modelo Neurocientífico

En este sentido se continuó realizando y desarrollando con los años debido a la existencia de estos efectos positivos asociados posterior a una sesión, pero sin saber qué de toda esta gama de herramientas, intervenciones o el mismo contexto de atención terapeuta-paciente realmente tenía efectos positivos, efectos nulos, efectos iatrogénicos, efectos placebos, psicológicos o contextuales entre otros.

En este sentido la disciplina fue evolucionando a través del perfeccionamiento de la formación continua y sobre todo del interés de personas con el chip de la autocrítica científica. Esta visión inicial se fue filtrando poco a poco a través de la evidencia científica, separando lo que Sí tenía un efecto real bajo los parámetros científicos de lo que No tenía ningún sustento, eliminando obviamente lo que mostraba efectos negativos, y además, ya no basándose únicamente en el modelo de subluxación, sino en un modelo más neurocientífico basado en la estimulación de mecanoreceptores y su respuesta neurológica posterior.

Quiropráctica como Profesión Sanitaria

Esto claramente trajo consigo un proceso de regularización y estructuración dentro de la propia formación. La Quiropráctica se volvió una carrera universitaria bajo las exigencias del modelo de medicina basada en evidencia y actualmente la malla curricular que imparten las universidades de prestigio, que está basada en los estándares internacionales de la Federación Mundial Quiropráctica (WFC), es de 6 años (o 4 años más convalidación de 2 años en Chile por ejemplo) y brindan el título de Quiropráctico Profesional Universitario.

De esta forma la Quiropráctica pasó de ser una disciplina a una Profesión Sanitaria segura, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con impacto real en la salud de la columna de las personas, y reconocida como tal porque venía a intervenir en uno de los problemas más comunes de la población mundial, el dolor de espalda.

Una Profesión, Más de una Visión

Por otro lado, está claro que debido a sus fuertes raíces filosóficas no todos adhirieron a este nuevo modelo con base más científica y aún hoy en día hay universidades que conservan puramente el concepto de la subluxación, u otras (como la Universidad Central de Chile) que han optado por una visión más Open Mind enseñando ambos conceptos, el filosófico estructuralista y el científico neurológico, de tal forma que tengas todas las herramientas posibles y la libre elección de elegir o combinarlos dando lugar a una nueva visión. 

De esto nació otro nuevo concepto dentro de la propia Quiropráctica llamándose Quiroprácticos “Straight” a los que trabajan bajo el modelo de la subluxación vertebral más estructuralista, y en otra línea los Quiroprácticos “Mixer” que se basan en un concepto científico más neurológico, que han filtrado las intervenciones que no poseen un efecto beneficioso comprobable y que incluyen otras disciplinas dentro de su campo como la Kinesiología y Neurología Funcional, de ahí el significado de su nombre.

Atención Profesional, Atención Segura

Como paciente siempre prefiere a un Quiropráctico Profesional Universitario, es lo mínimo que te mereces. Eso le brindará seguridad a tu proceso de atención independiente de la línea o forma de trabajo que posea. Los resultados dependerán de la expertis del terapeuta y de la adherencia del paciente.

Como siempre digo, atiéndete con un terapeuta que te haga sentido, resuene y conecte contigo, el feeling es importante, potencia los beneficios de la sesión. En mi caso particular, soy un amante de las Neurociencias, resueno más con el concepto Mixer, la evidencia, la Neurología Funcional y la Rehabilitación Autonómica del Sistema Nervioso.

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